viernes, 4 de enero de 2013

Año nuevo, vida nueva... o eso dicen.

Al finalizar un año y comenzar otro nos volvemos muy optimistas. Deseamos cosas buenas a los demás y además estamos completamente seguros de que así será. Creémos firmemente que nuestros sueños vendrán con el nuevo año y esta ilusión se transmite entre nosotros como un virus de color rosa, consiguiendo que veamos las cosas de ese  mismo color durante varios dias. Parece que quedan atrás los malos momentos vivídos en el año viejo y que la magia de comenzar algo hará que el año nuevo sea  mucho mejor que el anterior. Supongo que en algunos casos habrá sido cierto. Las personas que han padecido alguna enfermedad y se han curado en este año. Los que buscaban trabajo y lo encontraron o los que pudieron reunirse con sus seres queridos o los que montaron su propio negocio...
Pero en términos generales 2012 no ha sido un buen año. Como tampoco lo fueron los 4 anteriores. Ha sido un año para olvidar.Un año en el hemos podido constatar (si teníamos alguna duda) que estamos en manos de personas sin escrúpulos, corruptas y necias, que únicamente se preocupan de sí mismos y de su entorno más inmediato. Ha sido el año en el que hemos visto cómo han desmantelado nuestro sistema sanitario y nuestra educación sin ningún reparo y lo que es peor, hemos permanecido impasibles ante todas estas injusticias. Hemos perdido la gran mayoría de nuestros derechos a golpe de bolígrafo y lo hemos hecho sin rechistar. Se están riendo de nosotros en nuestra cara, sin esconderse y lo estamos consintiendo...
2012 ha sido un mal año para todos en general y quizás algo bueno para alguien en particular. Y me alegro muchísimo de que alguien lo pueda recordar como un buen año. Para mi, ha sido un año más malo que bueno. Si lo pudiera poner en una balanza se inclinaría negativamente. He visto como he consumido mis 365 días sin apenas darme cuenta. La mayoría de los proyectos que tenía en mi mente se esfumaron como humo. He perdido a un familiar muy importante en manos del cáncer. Me enfrenté a una separación familiar dolorosa y tuve que decidir si volver a empezar o tirar varios años de trabajo por la borda. He vivído momentos muy malos con amigos y seres queridos. El desempleo, la angustia y la ansiedad no ha pasado por alto a mi familia igual que no lo ha hecho con los más de 6 millones de españoles. Y otras muchisímas cosas que no voy a explicar porque no creo que sea necesario. Y a pesar de todo ello, cuando llegó el último día de 2012 me contagiaron de ese virus rosa del año nuevo. Y volví a ilusionarme con todo lo que 2013 nos puede traer. Esperé que con las 12 campanadas se esfumaran todos los problemas del mundo y que al entrar en el primer segundo del primer minuto del nuevo año, todo se hubiera vuelto rosa. Ilúsa que es una. Pero no fué así, evidentemente. Seguimos con los mismos problemas y las mismas ansiedades. Los mismos dolores e inquietudes. Las mismas frustaciones y limitaciones. Y a pesar de todo ello me vuelvo a ilusionar. El ser humano es maravilloso. Tiene una capacidad de adaptación y de supervivencia sin igual. Nos pasamos la vida diciendo "no puedo más" pero nos volvemos a levantar y enfrentamos un nuevo día a sabiendas que va a  ser un día nefasto. Y nos engachamos a lo que tenemos bueno en nuestras vidas pensando que seguro que hay alguien que lo está pasando peor y que debemos dar gracias por lo que tenemos. Y como soy muy optimista ( aunque por esta entrada no lo parezca) y siempre intento ver el vaso medio lleno sigo esperando que el año nuevo sea mejor que el anterior. Y agradezco enormemente lo poco bueno que 2012 me dejó. Las personas a las que conocí y que ya forman parte mi vida. Las experiencias buenas que he vivido con algunas de ellas. La compañia de mi familia. La salud de mis hijos. El olor del mar en verano, de las flores en primavera y de las chimeneas en invierno. Los abrazos de Marta, las risas con Noelia, Vir, Meri y Patri. El ser una Sugartremens ( gracias Marta). Los dulces que me he comido y los que han disfrutado mis amigos. Las copas que me he bebido en buena compañia. Los cafés de media tarde en For The Cakes con clientes/amigos que vienen de visita...
Y como seguiré siendo optimista, sigo esperando que el nuevo año sea mejor. Aunque estoy convencida de que será igual que los demás. Con sus momentos buenos y malos. Con sus días de lluvia y sol, con sus risas y sus lágrimas y al final me conformaré con que sea un año en mi vida, porque eso significa que a pesar de todo, sigo viva.
Que tengáis un estupendo año nuevo, y si no es así no os desaniméis, seguro que será el siguiente...




Momentos 2012



                                        Granizada en casa de mis padres ( Invierno 2012)                               



Cartel en Monells ( Empordá, 2012)




Romero de casa de mis padres ( Canet, 2012)



Monells (Empordá, 2012)



Tamariu (2012)



Uno de mis dos tesoros, mi hija (verano,2012)



Fotografía: Robledo García.

No hay comentarios:

Blogging tips