White Chocolate Ombre Cake
Me encantan las tartas sencillas, rústicas, sin complicaciones... Y es un buen recurso cuando la persona que la va a recibir es igual que la tarta. Sencillo, rústico y nada complicado. Y así es mi padre. Cumplió años en julio. 70 más concretamente pero no los parece. Es pequeño y muy delgado pero sus brazos siempre fueron de acero y aún mantienen la fuerza que le hace resistir los envites de la vida. Aunque se sienta cansado a veces, aunque a veces no se encuentre muy bien y se vea tentado por dejarse vencer ante las vicisitudes de la vida y los achaques de la senectud, siempre encuentra en su interior la fuerza necesaria para ponerse en pie y plantar cara. Y entonces sale a su huerto a quitar hierbas o plantar nuevas semillas que con mucho mimo y cuidados veremos dar sus frutos algunos meses después.
Y va a su gallinero acompañando a mi madre a dar de comer a esas gallinas que se respetan hasta que mueren de viejas y luego se las entierra porque en casa no se mata ningún animal. No para quieto un minuto, se sienta solo para comer y claro, "así no le luce la comida", dice mi madre, y no le fata razón. Ese hombre que me dió la vida y que yo veia como alguien inmortal e invencible cuando era pequeña e ignorante sobre la vida, se hace mayor. Se hace pequeño. Se hace débil. Y yo no puedo hacer nada para evitarlo. Nadie puede hacer nada...
"Es ley de vida" dicen. Y aunque el cumplir años es muy bonito por lo que implica y lo celebramos como toca no puedo evitar sentir un pellizco en el estómago cuando tomo conciencia. Ya es mayor, Roble, ya es viejito, me digo...
Y pienso en todas las personas que no han tenido a su padre a su lado o que lo han perdido recientemente y entonces el pellizco se convierte en mariposas. En cosquilleo de gratitud y alegría. Y doy gracias. Siempre doy las gracias. Es mi padre, un PADRE con mayúsculas. El mejor padre que podía tener y aunque ahora el ya no puede levantarme en brazos lo levantamos nosotros a el. Porque ahora nos toca a nosotros. Porque ahora le toca a el.
Felicidades papa, es un honor ser hija tuya.
Te quiero, te queremos.
Robledo García
Fotografías: Robledo García